HENRI TOIVONEN
(1956-1986)
Cuando se cumplen 24 años de la muerte de una de las leyendas del mundo de los ralis, Henri Toivonen, ve la luz un documental de producción italiana que rememora la carrera deportiva del finlandés dentro de la máxima categoría del automovilismo de crono.
La calidad del documento reside en la cantidad de imágenes recopiladas y en la exquisita narración, mucho ojo, en italiano, pero exquisita a todas luces, donde se hace un repaso tramo a tramo, gran premio a gran premio, campeonato a campeonato del fulgurante y breve paso de este piloto por las carreteras de todo el mundo a los mandos de varios bólidos.
Henri fue un joven impetuoso y valiente, considerado uno de los automovilistas más rápidos del mundial de ralis, pero también inconstante y poco maduro, algo que le impidió en varias ocasiones hacerse con el título de campeón del mundo.
UNA CARRERA METEÓRICA
Henri empezó como muchos otros campeones con los karts, aunque rápidamente se pasó a las carreras de slalom, donde consiguió proclamarse campeón de Finlandia. Aprendió a conducir con 5 años de la mano de su padre, Pauli Toivonen, que fuera campeón europeo de ralis. Participó en la Fórmula Vee finlandesa y luego en la SuperVee, donde fue campeón. Con 18 años fue fichado por Simca para el mundial de ralis, pero por culpa de la legislación finlandesa, que limita la velocidad de los nóveles a 80 km/h, no pudo competir hasta los 19 años. Debutó con 19 y con 22 logró su primera victoria a los mandos de un Talbot en el RAC de Inglaterra de 1980. Su trayectoria ya asustaba.
Su segunda victoia se produciría al año siguiente en el Rali de Portugal y luego en San Remo alcanzaría la tercera, serían las últimas hasta cinco años después.
LOS AÑOS DEL OSTRACISMO
En ese momento comienza un auténtico víacrucis para el joven piloto finlandés. Con su salida del equipo Talbot-Lotus y su fichaje por Opel, Toivonen vivirá una travesía en el desierto plagada de incidentes y abandonos que le llevarán a contínuos desencuentros con el equipo. En 1982, Henri se pone a los mandos del vetusto Opel Ascona 400, un coche que se encontraba muy por debajo de modelos como el Audi o el Ford RS 1800. El finés consigue acabar cuarto en el campeonato muy descolgado de la cabeza.
1982 comienza para el equipo Opel con las esperanzas puestas en su nuevo modelo, el Manta 400, pero problemas con la reglamentación del coche impiden estrenarlo en Monte Carlo. Es en Grecia, en el Acrópolis, donde Toivonen toma el primer contacto con su nueva montura, pero problemas mecánicos le impiden acabar la prueba. Si con el Ascona el equipo culpaba al joven piloto de no acabar los ralis, en esta ocasión era el Manta el que no gozaba de la fiabilidad deseable. De los cuatro grandes premios disputados con este coche, Henri Toivonen solo acabó el tercero, el rali de San Remo, y en el cuarto, el RAC de Inglaterra, sufriría una salida de pista en la que se lesionaría las vértebras lumbares y se fracturaría la pierna.
UN EQUIPO PARA PULIR EL DIAMANTE
Tras el tortuoso periplo por Opel, Lancia ficha a la eterna promesa finlandesa para que se ponga a los mandos del HP 037, un bólido formidable pero que se encontraba en el final de su ciclo y que ya nada podía hacer frente a los nuevos modelos de Mazda, Audi, Ford o Peugeot. La marca germana de los cuatro aros acababa de sacar a escena su Audi Quattro, con tracción integral y turbo de doble compresión de última generación. Peugeot por su parte, acababa de desarrollar el mítico 205 Rally, una bestia de más de 400 caballos y solo una tonelada de peso. Salonen era el enemigo a batir con el pequeño matón de la escudería francesa, y los Lancia estaban a años luz. Sin embargo el entusiasta escandinavo había encontrado su hueco en un equipo que lo mimaba, con un patrón, Caesare Fioro, que hacía las veces de segundo padre y que sabía limar las asperezas de la noble madera de la que procedía Henri. Las esperanzas de los turineses pasaban por la llegada de su nuevo coche, un modelo en cuyo desarrollo paticipaba activamente Toivonen. 1984 pasó sin pena ni gloria. Henri sólo corrió tres pruebas del campeonato, las dos primeras acabadas en abandono con posterior recaída de su lesión lumbar, y tras tres meses de recuperación, un tercer puesto en San Remo, sin duda su prueba talismán.
UNA REDENCIÓN TRUNCADA POR LA TRAGEDIA
500 caballos de potencia, 907 kg de peso, doble turbo-compresión de última generación y tracción integral. La bestia que estaba llamada a catapultar al equipo Lancia a lo más alto se llamaba Delta S4 Rally. Esta maravilla mecánica no estaba al alcance de cualquier piloto, el sustituto del 037 era un purasangre furioso y asilvestrado imposible de domar para muchos de los grandes. No para Toivonen. A mitad de la temporada de 1985, la escudería turinesa estrenó el nuevo modelo consiguiendo un pleno en victorias: dos de dos. Henri renacía de sus cenizas asistido por Sergio Cresto, un americano de origen italiano, y ya vislumbraba la luz al final del túnel. Pero no sólo eso, además se mostraba como el único hombre capaz de dominar a la bestia mecánica de Lancia y convertirse por fin en un piloto inalcanzable. En palabras de su gran rival, Timo Salonen, "seguir a Henri sencillamente raya el suicidio". Toivonen no alcanzaría la victoria en el campeonato porque la nueva máquina llegaba demasiado tarde, pero 1986 se antojaba el año de la redención para el finlandés, la esperada coronación tantos años esquiva con Toivonen.
1986 comienza con una aplastante victoria para Lancia en Monte Carlo, seguida de dos abandonos en Suecia y Portugal que se antojaban irrelevantes ya que los rivales directos también habían fallado. Y llegó Córcega, un rali en asfalto de trazados sinuosos que discurren al borde de acantilados vertiginosos, donde cada fallo se puede pagar con la vida. Y ese fue precisamente el precio que el osado finlandés y su co-piloto tuvieron que pagar por pasar a la historia del automovilismo como una de sus más grandes leyendas. Henri Toivonen fue un piloto impulsivo, rápido, de manos extraordinarias capaces de hacerse con el control de casi cualquier coche. Los años y los buenos maestros lograron pulir su ímpetu y convertirlo en talento, pero como la línea que separa la gloria de la tragedia es tan delgada cuando se pilota al borde de lo humanamente posible, Henri y Sergio pasarán a los anales como eternas promesas nunca realizadas, pero siempre recordadas.
FUENTES:
RallyMundial.net
YouTube
Rallybase.nl
The Flying Finns
Henri Toivonen, la leggenda continua
DOCUMENTAL SOBRE HENRI TOIVONEN (ITALIANO) 1/6
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