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domingo, 14 de noviembre de 2010

ERROR DE CAMPEONATO


"Red Bull es el mejor equipo del mundo", espetó Christian Horner al término del GP de Abu Dabi. No es que le de la razón, ya que para poder decir eso debería poder mostrar una vitrina al menos parecida a la que tienen equipos como Ferrari o McLaren, y no la tiene.
Sin embargo, es justo decir que, en la partida final de ajedrez que hoy se jugó en los Emiratos Árabes Unidos, Red Bull se llevó el gato al agua gracias a una brillante demostración de estrategia que consiguió dejar en evidencia al equipo Ferrari, que no levanta cabeza desde la marcha de Ross Brawn. Si bien es cierto que, para haber ganado dicha partida en la cumbre, a Ferrari le hubiese venido bien tener un rey y una reina, como los tuvo el equipo austríaco, ya que, no solo en el día de hoy sino a lo largo de toda la temporada, Felipe Massa ha sido más bien de poca ayuda para los intereses de la "scuderia". Fernando Alonso ha tenido que enfrentarse esta tarde a una carrera que había sido diseñada como una trampa perfecta por el equipo Red Bull. Sus dos pilotos tenían opciones al título. Uno de ellos, Vettel, salía por delante del asturiano y por su parte, el australiano Mark Webber lo hacía por detrás. Para acabar de tender la emboscada Horner sacrificó al veterano piloto de Melbourne haciéndolo entrar a boxes inesperadamente pronto, lo que metía a Ferrari en una encrucijada: copiar la estrategia de Webber, el mejor colocado en la clasificación general y por tanto rival número uno, o seguir en pista y cubrir al joven piloto alemán Sebastian Vettel. Lo primero implicaba (e implicó) que Vettel pudiese marcharse y colocarse líder si Hamilton y Button no tenían un buen día, lo segundo hubiese significado que quizás Webber mejorase el ritmo con los neumáticos blandos y adelantase a Fernando, Vettel, Button y Hamilton cuando éstos hiciesen sus respectivas paradas, ganándoles la partida y colocándose líder del mundial. Hiciese lo que hiciese Alonso, Horner tenía preparada una maniobra en tenaza digna de los mejores estrategas. De todas formas, si atendemos a las preferencias que sin ningún tapujo ha mostrado Red Bull a lo largo de toda la temporada por el joven piloto alemán, habría sido mucho más lógico cubrirle a él en lugar que a Webber. El jueves Horner manifestaba que ayudaría al australiano a ganar el mundial, sin embargo y de forma extraña, éste no conseguiría más que un quinto puesto en la Q3, mientras que su compañero se llevaba la pole, algo muy extraño en unos monoplazas que han demostrado una máxima igualdad de prestaciones a lo largo de toda la temporada. Por ello, parece lógico pensar que la estrategia de Red Bull se remonta ya a la semana pasada, que la mala calificación de Webber no fue casualidad y que la táctica del señuelo parecía más que clara desde un principio.
Y como la ley de Murphy es implacable, a la fiesta de los despropósitos de Ferrari se sumaron dos inesperados invitados, los Renault de Briatore. Lo que es la vida, el safety car puso a los bólidos amarillos entre Alonso y el título de campeón del mundo en un día en que el ruso Petrov se acordó de que tenía que pilotar como un jabato para tener una plaza en la escudería del rombo la temporada que viene. El bravo piloto de San Petersburgo hizo la carrera de su vida el día menos indicado, gracias en parte a la abrumadora velocidad punta del Renault, que venía con una puesta a punto digna de un equipo que se está jugando el campeonato e inusitada en el resto de la temporada.
Pero sin duda, la peor noticia que hoy pudimos tener fue el ataque de "calculitis" sufrido, no solo por Ferrari, sino también por Fernando Alonso. La computadora que el asturiano atesora en su privilegiada cabeza y que tantas victorias le ha otorgado, se pasó esta tarde de revoluciones para convertir contemporización en conservadurismo. Hoy pudimos ver a un Alonso especialmente amarrón desde el principio, incluso llegando a casi dejarse adelantar por Jenson Button en la salida. Quizás el asturiano no se haya llevado el título este año, pero seguro que ha aprendido una valiosa lección para el futuro: tan malo es arrojar una temporada por la borda por un exceso de ímpetu en los momentos finales (Hamilton dixit), como querer ganar sin arriesgar. La Fórmula 1 es pura competición, y para llegar a lo más alto es necesario poner todo lo que uno atesora sobre el asador en cada momento. No gana el que no asume riesgos.
Para terminar he de decir que, como a muchos otros fans de Alonso, no me gustó la actitud del asturiano al término de la carrera, cuando recriminó a Vitaly Petrov su excesivo ímpetu en el mano a mano sin estar jugándose nada. ¿Realmente no se jugaba nada el ruso? Si leemos entre líneas los motores de Red Bull son Renault, y a la marca gala le interesaba que la firma del toro ganase por la sencilla razón de que ésto aseguraba la continuidad de este matrimonio comercial, y por tanto de la escudería del rombo en la F1. Por otro lado, Petrov tenía claro que, si todavía le quedaba una oportunidad de asegurarse un asiento para el 2011, frenar a un Ferrari y a todo un bicampeón del mundo era la mejor forma de aferrarse a ella.
Tiempo habrá para digerir todo lo ocurrido durante el 2010, para rehacerse y comenzar a preparar el asalto al título en 2011, estoy seguro de que el binomio Ferrari y Fernando dará sus frutos tarde o temprano.

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