Siete años llevamos viendo como el francés Sebastien Loeb gana de forma consecutiva el campeonato mundial de rallys WRC. Siete años en los que apenas ha habido incertidumbre, emoción, ni tan siquiera una pizca de competición. Tan solo la temporada pasada Markus Gronholm y su Focus consiguieron ponerle algo de picante al campeonato, pero aún así nada de nada. Loeb lleva insultando al resto de pilotos desde 2004, cuando ganó su primer campeonato y empezó su apabuyante reinado.
Desde entonces, el mundial ha ido perdiendo tirón entre aficionados y medios de comunicación hasta convertirse en una especie de competición de segunda en la que solo sobreiven 2 equipos: Ford y Citroën. Incluso, novatos como Kimi Raikkonen se han permitido el lujo de inscribirse en el mundial y acabar noveno con un C4. Hasta Valentino Rossi ha podido probar a estrellar un coche de rally en una prueba del mundial, pero ni uno ni otro han sido suficientes reclamos para resucitar la competición. Por ello, la FIA ha decidido poner fin a la agonía del WRC y lo ha eliminado de la próxima temporada, como ya sucediera con el Group B en los 80. Ahora la máxima categoría será ostentada por los pequeños pero matones Super Rally Car, que sustituyen a la tradicional Super 2000. Con ello la FIA pretende devolver la emoción y la competencia al mundo de los rallys, que no atraviesa un buen momento, ya que en Super 2000 hay más equipos y más pilotos, y las escuderías no necesitan invertir tanto como en WRC, algo necesario para estos tiempos de crisis.
Desde entonces, el mundial ha ido perdiendo tirón entre aficionados y medios de comunicación hasta convertirse en una especie de competición de segunda en la que solo sobreiven 2 equipos: Ford y Citroën. Incluso, novatos como Kimi Raikkonen se han permitido el lujo de inscribirse en el mundial y acabar noveno con un C4. Hasta Valentino Rossi ha podido probar a estrellar un coche de rally en una prueba del mundial, pero ni uno ni otro han sido suficientes reclamos para resucitar la competición. Por ello, la FIA ha decidido poner fin a la agonía del WRC y lo ha eliminado de la próxima temporada, como ya sucediera con el Group B en los 80. Ahora la máxima categoría será ostentada por los pequeños pero matones Super Rally Car, que sustituyen a la tradicional Super 2000. Con ello la FIA pretende devolver la emoción y la competencia al mundo de los rallys, que no atraviesa un buen momento, ya que en Super 2000 hay más equipos y más pilotos, y las escuderías no necesitan invertir tanto como en WRC, algo necesario para estos tiempos de crisis.
Las especificaciones FIA para los automóviles Super 2000 incluyen las siguientes:
- Debe ser derivado de un modelo de producción, del cual tienen que haberse producido al menos 2.500 unidades un año antes y deberán ser modificados por medio de un Kit previamente establecido.
- El automóvil base debe ser de 4 plazas y estar homologado por la FIA dentro del grupo A.
- El motor debe tener una cilindrada máxima de 2.0 litros, sin sobrealimentación y de menos de 280 CV de potencia máxima. Las modificaciones permitidas deberán estar contempladas dentro del kit de preparación del auto.
- La tracción a las cuatro ruedas se permite en rally, pero no en turismos.
- Caja de cambios secuencial de seis velocidades.
- Suspensiones McPherson.
- Sin ayudas electrónicas para el piloto.
- De 1,8 metros de ancho como máximo.
- El peso mínimo deberá de ser de 1170 kilogramos para los turismos de tracción trasera, 1140 para los de tracción delantera y de 1150 kilogramos para los de rally.
- Debe tener un precio máximo de venta de 168.000 €.